Ustedes habrán oído alguna vez que el tiempo de operación no importa; que lo importante es que se hagan las cosas bien… Bueno, desde mi punto de vista ésta es una verdad a medias, puesto que la mayor parte de las veces quien hace las cosas bien suele hacerlas más rápido. Nuevamente es una cuestión de experiencia y confianza; me explico. Un cirujano que está acostumbrado a identificar las mismas estructuras anatómicas y a repetir las mismas maniobras quirúrgicas con frecuencia, no pierde un solo minuto que no sea necesario; no duda en cada uno de los pasos que da, sino que resuelve cada fase de la operación una detrás de otra hasta el final. No digamos nada en el caso de que surjan circunstancias adversas (como veíamos en este otro artículo). Por otra parte, el hábito personal de cada cirujano a ser más o menos rápido es independiente de la experiencia y únicamente determina el «rango de tiempo aceptable» para cada tipo de operación. Por ejemplo, una hernia discal simple puede ser operada por un cirujano rápido y experimentado en 15-20 minutos o por otro igual de experimentado, pero de hábito lento, en 40-60 minutos. Un tiempo de dos horas no sería «habitual» para una hernia discal, salvo imprevistos que escapan a esta discusión.

Fundamentalmente existen dos complicaciones que están directamente relacionadas con el tiempo quirúrgico: el SANGRADO y la INFECCIÓN. Y quizá ustedes piensen: pues con transfusiones y antibióticos, todo resuelto… Bueno, si fuera tan fácil… La sangre transfundida carece de ciertos factores relacionados con la coagulación y con la inmunidad y a partir de un volumen perdido, los riesgos de complicaciones graves aumentan exponencialmente, a pesar de la reposición. Tampoco los antibióticos son una garantía, especialmente en las operaciones con implantes.

En operaciones menores, el tiempo quirúrgico influye poco en el resultado. Pongamos como ejemplo nuevamente la hernia discal. Ciertamente, un campo quirúrgico pequeño y expuesto sólo durante 15 minutos tiene muy poco tiempo para sangrar o contaminarse, pero incluso en una hora de tiempo, el riesgo no empeora gravemente. Sin embargo, en cirugías de importancia como las necesarias en grandes deformidades del raquis, las variaciones debidas a la experiencia del cirujano pueden ser de varias horas. Pueden estar seguros de que no es lo mismo resolver una escoliosis en 3h, que en 6h; y mucho menos en 12h. En algunas ocasiones, su cirujano le puede proponer fraccionar el tratamiento en varias sesiones quirúrgicas, precisamente para evitar estos riesgos.

Concluyendo. Mi intención no era asustar a nadie, pero sí derribar el mito de que el tiempo no importa y recalcar que la experiencia del equipo quirúrgico es el factor por el cual debemos elegirlo.