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Acudimos al médico por dolor lumbar o dolor cervical y no es raro que salgamos con una hoja informativa sobre estiramientos para la columna. Yo, que estoy al otro lado de la mesa en la consulta, le pregunto al paciente: ¿está usted haciendo algún tipo de ejercicio? y la respuesta es: «sí claro, mi médico me mandó unos estiramientos y los hago todos los días, pero sigo con dolor…»

Voy a decirlo muy claro, para que no queden dudas:

1. Los estiramientos NO son ejercicios.

2. Los estiramientos ALIVIAN y son CÓMODOS

3. Los ejercicios CURAN pero cuestan ESFUERZO

Conclusión: curarse cuesta esfuerzo.

El problema de refugiarse en los estiramientos como forma de aliviar temporalmente el dolor, no sólo es que no permiten curarnos, sino que incluso pueden empeorar el problema. En todos los casos de inestabilidad de la columna, más frecuentes en pacientes con musculaturas poco desarrolladas, los estiramientos sólo consiguen elongar y debilitar cada vez más los músculos. No son pocos los pacientes que acuden a la consulta refiriendo que los estiramientos empeoran el dolor. Por tanto, los estiramientos practicados de forma aislada, no son un tratamiento ideal; deben combinarse con trabajo muscular y combinarse de forma progresiva y adecuada a cada caso.

Por lo general, la mejoría definitiva del dolor de espalda de origen mecánico y muscular requerirá una potenciación muscular de alta intensidad. No se debe ni habitualmente se puede empezar con ejercicios de alta intensidad, sino que es necesario un programa de trabajo progresivo, que utilice los estiramientos como complemento, de forma inteligente, adaptada a cada patología y a la morfología y capacidades del paciente.