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Puesto que soy Neurocirujano de formación, ustedes pensarán que voy a barrer para casa. Sin embargo, en determinado momento de mi carrera profesional decidí dedicarme a la cirugía de columna exclusivamente, lo que me condujo a entablar relaciones muy cordiales y productivas con el otro grupo de profesionales dedicados a la cirugía del raquis: los Traumatólogos.

Gran parte de las reuniones y congresos de columna están dominados por la especialidad de Cirugía Ortopédica y Traumatología, tanto a nivel nacional como internacional y, desafortunadamente, sólo en algunos países, las sociedades científicas dedicadas a la espalda están realmente integradas y dirigidas por especialistas de ambos grupos. En España, tanto las Sociedad de NeuroRaquis como el GEER (Grupo Español para el Estudio del Raquis) están abiertos a cualquier tipo de especialista, sin embargo, la primera está dirigida exclusivamente por Neurocirujanos y la segunda exclusivamente por Ortopedas. Cada una tiene sus peculiaridades y mantienen una cierta rivalidad histórica que, a mi modo de ver, no tiene ningún sentido en este siglo.

Personalmente reconozco haber aprendido muchísimo de mis colegas de Traumatología y es posible que alguno de ellos haya podido beneficiarse de la Neurocirugía, pero de lo que realmente cualquier profesional aprende es de acumular EXPERIENCIA, que se traduce directamente en CALIDAD de resultados. La cirugía puede compararse en este sentido con cualquier proceso industrial, donde la repetición de los pasos permite corregir errores y optimizar los pasos ya correctos. Un cirujano que se enfrenta a diario a las mismas situaciones tanto anatómicas como técnicas, gana rápidamente tiempo y capacidad para resolver imprevistos. Mientras en una cirugía reglada no surja ninguna complicación y todo fluya con normalidad, la diferencia de resultado entre un cirujano novel y otro experimentado puede no existir. Sin embargo, en caso de imprevistos, les aseguro que el resultado no será el mismo si el cirujano realiza este tipo de operación dos veces al año o dos veces al día. En el caso puntual pueden no existir diferencias, pero en el cómputo estadístico global, los resultados de un equipo EXPERIMENTADO siempre son superiores.

La cirugía de columna es, por sí misma, una especialidad lo suficientemente amplia y compleja como para merecer una dedicación exclusiva. Esta dedicación permite a los cirujanos acumular la experiencia suficiente y mantener el entrenamiento. Aunque en términos legales la cirugía de columna no es una especialidad independiente, en algunos países no es posible ejercerla sin una formación específica. En España no funciona así. Cualquier Neurocirujano o Traumatólogo está legalmente habilitado (no necesariamente cualificado) para practicar cirugía de columna.

Entonces, ¿a quién elijo para operarme la espalda? La respuesta no es A o B, sino cualquiera con ALTA DEDICACIÓN A COLUMNA = EXPERIENCIA = CALIDAD.

Si acudimos a una Unidad de Columna ya establecida, esta focalización se da por hecha. Si además encontramos una Unidad Mixta de Columna, donde participan Neurocirujanos y Traumatólogos conjuntamente, posiblemente obtengamos el más valioso consejo.