El dolor de espalda es un problema común que afecta a gran parte de la población y encontrar una actividad adecuada para tratar este malestar es esencial. Tradicionalmente se han elogiado los deportes en el agua como la natación o el aquagym como los mejores remedios contra el dolor de espalda, sin embargo, la mejor recomendación que podemos hacer es un deporte en el que se pueda analizar la eficacia y el control del ejercicio. En este artículo proponemos el gimnasio como alternativa a la natación, exponiendo sus beneficios sobre el deporte acuático.
Es indiscutible que tanto la natación como el aquagym ofrecen beneficios para la espalda. Estos ejercicios, al estar realizados en el agua, proporcionan una descarga del peso corporal, aliviando así la carga sobre las unidades funcionales de la espalda, especialmente en pacientes con sobrepeso, a la vez que facilita el fortalecimiento muscular. Sin embargo, nos encontramos con un desafío crucial: la falta de control sobre qué músculos se están trabajando.
La posición horizontal de la natación y la tracción de los brazos ayuda a elongar la espalda y aliviar la presión en discos y articulaciones. Aún así, la dificultad que presenta este deporte es la incapacidad de controlar el enfoque del ejercicio. El entrenador puede corregir los errores posturales desde fuera, pero no puede supervisar de cerca al nadador ya que no está dentro del agua normalmente.
En cuanto al aquagym, la posición vertical y en descarga nos soluciona parcialmente el problema de falta de control, ya que esta es una postura segura para la espalda. De nuevo, aunque el trabajo contra resistencia permite una activación intensa de la musculatura, también resulta complicado gestionar la actividad de manera analítica.
Como alternativa más completa, el mejor ejercicio para el dolor de espalda sería el entrenamiento controlado. De esta manera y junto a nuestro entrenador, podremos realizar ejercicios de forma analítica, focalizándonos en grupos musculares específicos según las necesidades de cada paciente.
Las principales ventajas que ofrece al gimnasio frente a la natación serían:
- Un control analítico: el gimnasio permite una supervisión directa de los ejercicios y del trabajo del paciente, con la opción de corrección inmediata
- Trabajo asimétrico: en pacientes con deformidades en la espalda como escoliosis, el gimnasio permite realizar trabajos asimétricos de manera efectiva. El objetivo no es corregir la desviación (ya que esto es imposible sin cirugía), pero sí evitar la progresión de las curvas ya existentes.
- Personalización del entrenamiento: a diferencia de la natación, el gimnasio ofrece infinidad de combinaciones de ejercicios según la musculatura a trabajar y el ejercicio escogido, personalizando cada entreno hacia las necesidades del paciente.
Si bien la natación y el aquagym ofrecen beneficios indiscutibles para aliviar el dolor de espalda, la carencia de control específico sobre el trabajo muscular puede limitar su eficacia. La opción más recomendada por el neurocirujano será el trabajo en sala, donde podemos realizar un tratamiento más analítico y personalizado. La clave radica en el control y la personalización del entrenamiento adaptado a las necesidades específicas del paciente, aspectos cruciales para obtener resultados óptimos en la rehabilitación de la espalda y el tratamiento del dolor.
Una vez que hemos descubierto los beneficios que nos proporciona el entreno en gimnasio, te ofrecemos la posibilidad de derivar a una sesión de entrenamiento con el equipo de Domo Personal. Nuestros profesionales te guiarán a través de ejercicios diseñados para maximizar los beneficios, proporcionándote el control y la atención personalizada que necesitas para alcanzar una mejoría duradera.
El Dr. Ferrández es neurocirujano y está exclusivamente focalizado en cirugía de columna. Realiza más de 300 cirugías mayores al año manteniendo una disminución notable de las medias internacionales de complicaciones y tiempos quirúrgicos. Su objetivo es mejorar técnicas y diseñar tratamientos individualizados basados siempre en el principio de mínima agresividad para el paciente. En 2003 …